Óleo de Juan Manuel Blanes "El Chiripá"
El gaucho es un hombre-jinete de la pradera que no responde a un tipo étnico único, es fruto del mestizaje de la región rioplatense.
Su origen está vinculado a las singulares condiciones políticas, históricas y económicas de su medio.
Puede afirmarse que el gaucho nació en la Banda Oriental a lo largo del siglo XVIII. Habitan las zonas ganaderas de Argentina, sur del Brasil y Uruguay.
El vocablo gaucho proviene de la expresión quechua “huachu”, que quiere decir huérfano o vagabundo. Posteriormente, los colonizadores españoles transformaron el término. A los huérfanos pasaron a llamarlos “guachos” y a los vagabundos “gauchos”. En el sur del Brasil se le suele llamar “gaudeiro” o “gaúcho”.
Origen del gaucho
La expulsión de los jesuitas de las Misiones orientales, produce a mediados del siglo XVIII, el éxodo de gran masa de indios al sur del país.
Se esparce esta nueva población por los campos y pronto cambia su modo de ser: de mansos agricultores bajo la tutela jesuítica, se tornan bravos y ecuestres mezclándose con los españoles, portugueses y tapes.
De esta mezcla de indígenas, españoles y portugueses, en la existencia libre y bravía del territorio, surge el tipo nacional del gaucho.
El contrabando se extiende por todo el país.
Algunos portugueses e indígenas, unidos, recorren libremente el país desierto, arreando ganado, faenando cueros y vendiéndolos en la Colonia , en las costas o en las fronteras.
Algunos españoles y criollos descendientes, se han aventurado en el interior implantando estancias, pero sin alejarse mucho de Montevideo.
El contrabando es la vida normal de la campaña, es la forma de comercio que se genera. Para contener y castigar el contrabando la autoridad de Montevideo se introduce en el interior o establece puntos militares.
Muchos soldados españoles desertan para unirse a las partidas contrabandistas. Así se van mezclando españoles, portugueses e indígenas.
En estas condiciones se comienza a formar la población rural del Uruguay.
La riqueza ganadera pone al país en condiciones tales que la naturaleza ofrece por sí misma el producto en abundancia.
La abundancia de ganado y la ausencia de toda propiedad permiten al habitante del Uruguay, en el siglo XVIII, vivir sin trabajar.
El caballo le da rápida movilidad, el cuero le proporciona botas, recado, riendas, sombrero, petaca, cama y habitación.
Se bolea o enlaza, voltea o carnea una res, se le saca el mejor trozo que se cuece en el asador y el resto se deja abandonado en el campo.
“Esta abundancia hace al estanciero hospitalario; en la cocina de la estancia hay siempre una res colgada para que coma quienquiera”.
Zum Felde, 1967.
La campaña es para el colono la libertad, la abundancia y la aventura, mientras la ciudad es la monotonía, la sujeción y la necesidad.
Es grande el número de españoles que desertan y se entregan a esa vida libre.
En este territorio hay que domar caballos bravíos, hay que perseguir y tirar la res a bola o a lazo, hay que adiestrarse en el manejo del cuchillo, hay que aguzar los sentidos y hacerse baqueano, hay que burlar y pelear a la policía.
La ganadería hace al habitante de campo, nativo o colono, fuerte, osado, ágil y luchador.
Características del gaucho según Alberto Zum Felde
El gaucho es, por lo general falco y barbudo, pero los hay lampiños y de pelo lacio; y los hay rubios y de ojos zarcos, abarcando toda la escala de mestización que va del indio al conquistador. La vida ecuestre, la alimentación carnívora, la ruda intemperie, lo hacen magro, duro y ágil. Algunos usan la vincha del indio, otros ponen sobre su suelta melena el sombrero panzurro; algunos llevan el torso desnudo, otros se cubren con camisa o ponchos; todos usan la bota de potro o el chiripá…
El desierto y la soledad lo hacen taciturno y silencioso.
La libertad y la abundancia lo hacen altivo, hospitalario y leal.
La hostilidad permanente con la policía española, y la lucha con las bestias bravías, le dan coraje, audacia, desprecio por la vida propia y ajena.
Del conquistador recibe el caballo y la guitarra; del indio el poncho, la vincha, el mate y las boleadoras.
Su lengua es la mezcla del castellano antiguo del siglo XVI, con elementos indígenas, a los que se les agrega más tarde voces portuguesas y africanas. El refrán es su forma típica de respuesta.
En la campaña oriental el gaucho es habitualmente reservado y respetuoso; sólo cuando ha tomado algunas copas busca disputas. El juego y las mujeres suscitan a menudo disputas y rivalidades, y éstos son los motivos más frecuentes del duelo.
Otra cualidad que el gaucho admira y da prestigio en los campos es la poesía.
…Todo gaucho toca la guitarra y sabe cantar una copla; pero el payador, el cantor ingenioso o inspirado, el que anda de pago en pago con su guitarra y su aventura a la espalda, haciendo reír y llorar, el que se pasa las horas enteras improvisando coplas en medio de un atento círculo de auditores, ese es la flor del gauchaje, un aristócrata, agasajado por los hombres, requerido por las mujeres…
Reilly "Un mate en el palenque"
El gaucho según Reyes Abadíe
“Este singular prototipo étnico, más hijo de la pradera que del mestizaje, este jinete andariego, situado permanentemente en el centro del mundo circundante(…) sintió la libertad como un dato inmediato del vivir cotidiano y no conoció para ella otro límite que el de la propia voluntad. Autárquico por el fácil disfrute del medio propicio, de él tomó todo cuanto le fue preciso para el vestido y la subsistencia; y el cuchillo fue como un sexto dedo en su mano(…). Carente de una sociabilidad habitual, de toldería en toldería, o en las largas tropeadas del changador, enfrentado al peligro del puma o del yaguareté, del indio o del bandeirante-su homónimo, aparcero o rival- hizo del coraje valor supremo, afirmando su personalidad en una fiera convicción igualitaria.
… y la tierra fue para él tan de “naides” como el aire o el agua de los ríos y arroyos. Observador y contemplativo, aprendió los innumerables secretos del campo…que formó la secreta ciencia de la baquía. Juglar espontáneo con la guitarra ibérica, acompañó con música primaria los relatos de los sucedidos y las milagrerías de los pagos recorridos, y en el hábito guaraní del mate, nutrió su viva imaginación…”
Gaucho:Naciste en la juntura de dos razas
como en el tajo de dos piedras
nacen los talas.
Con un poco de tierra y otro poco de cielo,
amasaste el adobe para construir tu rancho
-mismo como el hornero-.
Por eso yo te veo ascendencia de pájaro.
Eras,
una mitad hacia abajo y otra mitad hacia arriba;
una mitad de tierra y otra mitad de cielo;
un mitad de carne y otra mitad de alas;
carne tu forma física;
alón tu forma lírica;
y si eso no bastara para llamarte alado:
alas en tu caballo,
alas en tu sombrero,
alas todo tu poncho.
alas, a media espalda flameando en tu pañuelo;
y alas también llevabas fijas en los talones:
las agudas rodajas de tus espuelas.
Gaucho:
naciste en la juntura de dos razas
como nacen los talas
en el tajo de dos piedras.
como en el tajo de dos piedras
nacen los talas.
Con un poco de tierra y otro poco de cielo,
amasaste el adobe para construir tu rancho
-mismo como el hornero-.
Por eso yo te veo ascendencia de pájaro.
Eras,
una mitad hacia abajo y otra mitad hacia arriba;
una mitad de tierra y otra mitad de cielo;
un mitad de carne y otra mitad de alas;
carne tu forma física;
alón tu forma lírica;
y si eso no bastara para llamarte alado:
alas en tu caballo,
alas en tu sombrero,
alas todo tu poncho.
alas, a media espalda flameando en tu pañuelo;
y alas también llevabas fijas en los talones:
las agudas rodajas de tus espuelas.
Gaucho:
naciste en la juntura de dos razas
como nacen los talas
en el tajo de dos piedras.
Poema de Fernán Silva Valdés